El término griego hace referencia a la actividad sexual anal.
¿Por qué el griego resulta placentero?
Pues, el ano es una parte del cuerpo llena de terminaciones nerviosas, esto hace que tenga sensibilidad y muchas parejas disfruten de esta actividad.
¿De dónde nace el término griego para referirse al sexo anal?
Hay dos teorías:
La primera indica que en los grandes burdeles de países de Europa como Francia, Alemania e Italia se usaba este término para pedir el servicio de sexo anal de una manera un poco más sofisticada. Pues, era donde iban las clases altas europeas.
Es más, muchos de estos burdeles colgaban cuadros de distintas civilizaciones para representar el servicio que ofrecían. Es decir, si el local tenía un cuadro asociado a la civilización griega, esta ofrecía el sexo anal como servicio.
Por otro lado, muchos dicen que este término nace ya que en la antigua Grecia las relaciones homosexuales durante la guerra.
¿Cuáles son los riesgos del sexo anal?
Debido a que el ano de una mujer no está conectado a su sistema reproductivo, una mujer no puede quedar embarazada a través del coito anal.
Al igual que el sexo vaginal sin protección, el sexo anal sin protección presenta un alto riesgo de contraer muchas infecciones de transmisión sexual, como clamidia, gonorrea, herpes, hepatitis, parásitos intestinales, VIH, VPH y sífilis.
¿Qué recomendaciones hay que tener en cuenta para el sexo anal?
Lo primero, es utilizar condones preferiblemente de látex para tener relaciones sexuales anales reduciendo el riesgo de infecciones de transmisión sexual. Esto se indica tanto para relaciones heterosexuales como para relaciones homosexuales.
Por otro lado, el ano no es capaz de producir suficiente lubricación para una penetración cómoda, por lo que es importante usar mucho lubricante. Solo use lubricantes a base de agua junto a los condones de látex.
Antes de iniciar, habla con tu pareja para saber si ambos desean otras actividades relacionadas como la inclusión de juguetes o beso negro.
Asegúrate de que ambos tengan buena higiene antes de iniciar el acto. Las personas que reciben la penetración muchas veces optan por un enema que consiste en bombear agua en el recto para disolver cualquier materia fecal y así facilitar la evacuación.
Ve despacio al principio. Comunícate con tu pareja para saber si está disfrutando.
Prueben las posiciones en las que se sientan más cómodos.
Después de tener relaciones sexuales, es recomendable limpiar el área. No tiene que ser complicado. Con agua y jabón es más que suficiente si has utilizado protección.
Recuerda que, si deseas hacer esta práctica con tu pareja, lo mejor es comunicarse y planificarse para disfrutar al máximo y sin riesgo alguno.